1. Paisaje Cultural de Aranjuez
«La abundancia de la fauna y de la flora de este valle llamó la atención de los nobles y reyes desde el siglo XII. Ya en esa época apreciaron el valor de Aranjuez como lugar de recreo y de caza». La cita le corresponde al Consejo de Europa, el nivel más elevado de cooperación política entre los países de la Unión Europea. Y precisamente este organismo considera que el Paisaje Cultural de Aranjuez es uno de los mejores jardines de Europa. Lidera este listado por una cuestión muy sencilla: si es uno de los mejores jardines de Europa, ¿cómo no iba a ser el mejor de Madrid?
2. El Retiro
Aparece en todas las guías turísticas, es el lugar de celebración de nuestra Feria del Libro, acoge exposiciones, tiene monumentos que esconden enigmas, castillos de apariencia medieval, un mirador ubicado en un emplazamiento envidiable. Cualquier definición de El Retiro siempre será inexacta, insuficiente e injusta. Nuestro parque más sonado es un oasis en un desierto de asfalto.
3. El Capricho
El parque de El Capricho es uno de esos oasis bucólicos que reverdecen Madrid entre tanto tráfico y bloques de pisos. Este jardín señorial e histórico tiene una peculiaridad que atrae visitas de curiosos durante eventos puntuales del año. Hablamos del búnker de la Guerra Civil.
El Búnker de la Posición Jaca (nombre en clave que recibía el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro) es una de las construcciones militares más importantes de Europa por el buen estado en el que se encuentra. Se trata de un espacio construido a unos 15 metros bajo tierra y que cuenta con unos 2.000 metros cuadrados. Fue edificado en mayo de 1937, cuando la Junta de Defensa de Madrid decidió que el alto mando republicano abandonara los sótanos del Ministerio de Hacienda para instalarse en un emplazamiento más seguro.
4. Parque de la Fuente del Berro
Con la imagen que precede la descripción de este parque podría hacerse un juego: ¿con qué sitio de España se corresponde esta imagen? Muy posiblemente salvo alguien que tenga muy vista la cascada o el propio autor de la foto casi nadie acertaría que estamos hablando de Fuente del Berro que es, precisamente, uno de esos lugares de Madrid que no parece que estén en Madrid. Más de 13 hectáreas, un monumento a Bécquer, otra estatua al poeta ruso Pushkin, un palacete, fuentes, cascadas, estanques (¡dos!). Un parque en toda regla.
5. Parque de la Quinta de los Molinos
Este parque, situado en la calle Alcalá, 527, requiere de pocas presentaciones: la belleza del espectáculo de sus almendros en flor es una postal típica de mediados de febrero, dado que estos árboles florecen entre febrero y marzo (el año pasado, por ejemplo, tuvo lugar a finales de febrero). Este acontecimiento natural es efímero y apenas dura dos o tres semanas, durante las que se concentran la mayor parte de las visitas.
Son precisamente los almendros en flor los que han hecho a este parque sobradamente conocido, y quizá su fama haya eclipsado el resto de los elementos que albergan sus 28 hectáreas y que también merece la pena conocer. En la zona norte, de estilo romántico paisajista, se pueden encontrar una casa palacio, un estanque o un merendero de piedra y en la zona sur, agrícola, se pueden ver dos molinos metálicos de color rojizo que proceden de Estados Unidos. A todo ello se suman otras variedades arbóreas como pinos, olivos y eucaliptos.
6. Jardines del Museo Sorolla
El Museo Sorolla es un recogido oasis en el distrito de Chamberí (calle General Martínez Campos, 37) y uno de los museos más bonitos de Madrid. Quizá se perciba como tal porque, a diferencia de otros espacios expositivos de la ciudad, en él se mezclan la obra y la vida del artista de la manera más natural y absoluta posible: convirtiendo la que fuera su casa en su propio centro expositivo.
Pero además de poder conocer las pinturas de este maestro valenciano de la luz mientras se recorren y visitan las distintas estancias de la casa, quizá una de las cosas que más pesen a la hora de considerar su belleza sean, precisamente, sus jardines. Son lo primero que recibe a los visitantes, aislándoles del bullicio de la calle, y se dividen en dos espacios inspirados en el Jardín de Troya del Alcázar de Sevilla y en el Generalife granadino, respectivamente. Hay un tercer jardín con un estanque, un grupo escultórico y una pérgola. Allí, según reza la web del Museo, Sorolla solía sentarse con su familia, y hoy lo hacen los visitantes. Una de esas «cosas buenas de pasar a la eternidad» a las que cantaba Manel.
7. Rosaleda del Parque del Oeste
Se inauguró en 1955 y también se la conoce como la Rosaleda «Ramón Ortiz» en honor a Don Ramón Ortiz Ferré, su ideólogo y Director de Parques y Jardines de Madrid de la época. En el año 2006 recibió el galardón «Award of Garden Excellence» de la Word Federation of Rose Societies, que la reconoce como una de las Rosaledas excepcionales de todo el mundo.
No es para menos: en su extensión de 32.000 metros cuadrados alberga cerca de 20.000 rosales de más de 650 variedades diferentes. El resultado es una bonita explosión de color que todos los años, además, se somete a escrutinio público para que la ciudadanía elija su rosa favorita en el Concurso Popular Rosa de Madrid.
Fuente: https://madridsecreto.com/