Impresionantes lugares escondidos por Madrid

¡Mucho más cerca de lo que te podías imaginar! Aquí tienes una lista de escenarios de fantasía repartidos por toda la capital: rincones con ese carácter indefinible que adquieren las cosas con el tiempo. Hagamos una pequeña ruta con la mirada puesta en los detalles, tomemos algunas buenas fotos y disfrutemos del placer de pasear, conocer, descubrir… Por mucho que nos empeñemos hasta los gatos nos sorprendemos cada día en Madrid.


Un poco de barroco

Excesos y abundancia. Tapices, lámparas de araña, oro, bóvedas, motivos florares… ¡la vida es sueño! Es una maravilla tener la oportunidad de pasear por un palacio barroco y detenerse a observar sus interminables detalles propios. En el Barrio de las Letras tenemos el Palacio de los Duques de Santoña, construído en 1730, con una impresionante portada labrada en granito y uno de los mejores interiores eclécticos de Madrid. Y no muy lejos, la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, con unos impresionantes frescos que cubren cada centímetro de sus paredes hasta la bóveda.

Palacio de los Duques de Santoña

Arquitectura abandonada

El Pabellón de los Hexágonos, en el antiguo recinto ferial de la Casa de Campo, ganó el primer premio de la Exposición Universal de Bruselas en 1958, imponiéndose a maravillas como el famoso Atomium de Le Corbusier. Pero hoy por hoy se encuentra completamente degradado, lleno de cuencos de comida para gato, grietas y desperdicios. Teóricamente, esta joya madrileña está en un proceso de reconstrucción para darle el valor que le corresponde, y hay unas obras en marcha encaminadas a «museizar» parte del pabellón en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. Mientras tanto, el lugar se mantiene envuelto por la nostalgia: un escenario único y decadente donde seguro que caen unas buenas fotos.

Pabellón de los Hexágonos

Otras muchas construcciones de la Casa de Campo han sufrido la misma suerte, como los restaurantes del conocido como antiguo paseo de la Gastronomía, o la Quinta de Vista Alegre, que se suponía que iba a reabrirse en 2019. Algo más al norte, en el Pardo, otras como la Quinta del Duque del Arco sí que han reabierto, aunque actualmente no se puede visitar el interior. Sin embargo, el silencio, el misterio que se respira en sus jardines, incluso la falta de mantenimiento, generan una atmósfera única donde parece detenerse el tiempo. ¡Nos encantan los rincones secretos, abandonados, solitarios, y mágicos!

Vista desde los jardines de la Quinta del Duque del Arco.

Librería Bardón, un portal en el tiempo

En una esquina de la Plaza de san Martín encontramos un espacio que es todo historia. Cuando entras por la puerta tienes la sensación de haber viajado a otra época. Huele a papel y a tinta. Es la librería Bardón, un negocio familiar fundado en 1947 por el abuelo de sus actuales propietarias, que ha mantenido inmutable su propósito a lo largo de estos más de 60 años: encontrar, conservar y vender joyas de papel del siglo XIV al XIX. El fondo de la librería cuenta en la actualidad con unos cincuenta mil ejemplares, y sólo la mitad de ellos se encuentran en tienda, distribuidos por las estanterías originales, que cubren todas las paredes. Su especialidad son las ediciones tempranas y, cuando menos te lo esperas, algún título te sorprende en una tapa de cuero viejo: un ‘Lazarillo de Tormes’ de 1587, la primera impresión de ‘El Quijote’ en Bruselas del año 1607, otro ejemplar de ‘El viaje del Parnaso’ de 1614…

Interior de la Librería Bardón

Fuentes: Condé Nast Traveler

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